El ser humano ha tenido desde siempre, una misteriosa atracción por la Luna. Algo comprensible, si se toma en cuenta que esta, el único astro que se puede apreciar de buen tamaño y con facilidad desde la tierra. Todo el que levante la vista al cielo y observe la luna, quedará inmediatamente maravillado; y sin ser científico, querrá saber muchas cosas sobre esta.
Se estima que este astro, se formó hace 4500 millones de años aproximadamente; a penas 100 millones de años luego de la formación del sistema solar y de la Tierra. Desde entonces, muchos eventos han marcado su larga y compleja convivencia en este vecindario cósmico. Desde un principio, su influencia ha sido incesante sobre la vida y los elementos terrestres.
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La luna ha estado rodeada de misticismo a lo largo de la historia
Cabe señalar que la Luna, único satélite natural de la Tierra, ha sido desde la antigüedad, objeto de muchas historias tan sorprendentes como inverosímiles; probablemente es la manera con que el ser humano exterioriza la conexión y admiración que siente por este astro mágico y misterioso. Se cuentan por millones las pinturas, libros y cuentos dedicados a la también llamada “Dama de la noche”.
Pero no todo es magia y misticismo cuando se habla de este astro; ya que también son inmensamente abundantes las investigaciones, teorías y certezas, que los científicos han desarrollado sobre la Luna. Es por esto, que se sabe con precisión su distancia de la Tierra, su influencia en las mareas y la duración de los días; y también la teoría de que juntas, forman un sistema binario.
Por otra parte, es importante destacar que desde 1958, en plena guerra fría entre USA y la URSS, se ha realizado casi un centenar de misiones a la luna; suscitando la llamada Carrera Espacial, precisamente con la exploración lunar como principal objetivo. Años más tarde, entrarían en juego otras naciones, principalmente de Europa y de Asia.
Cuándo y cómo se formó la luna
Tal como se comentó al principio, La luna se formó hace 4.500 millones de años, según los análisis de datación por isótopos radiactivos. Esto da a entender que el inicio de la conformación lunar, ocurrió luego de casi 100 millones de años de haberse formado el sistema solar.
Ahora bien, describir con exactitud cómo se formó este satélite, es un aspecto que hasta la fecha no está claramente definido; pues todo se basa en teorías surgidas de diferentes investigaciones. Asimismo, a medida que se han obtenido datos cada vez más abundantes, más se abre el abanico de posibilidades y todo se enrumba al descarte por comparación con datos que sí han sido probados.
En ese sentido, una de las principales fuentes de información sobre la formación lunar, se basa en el análisis geológico de los planetas interiores del sistema solar. Esto parte de la similitud que presentan, por ser planetas rocosos, y por su densidad; ya que la de Venus es de 5,2 g/cm3, Mercurio cuenta con una 5,4 g/cm3 y la de la Tierra se sitúa en 5,5 g/cm3.
Estas composiciones y densidades, evidencian que los planetas interiores del sistema solar, poseen un núcleo de hierro y níquel. También se sabe, que esa misma composición la tienen los meteoritos más grandes. Sin embargo, la Luna, con una densidad de 3,3 g/cm3 difiere del resto; pues no está conformada, ni se desarrolló, a partir de la misma acreción o agregado de materiales.
Otros datos importantes
Otros datos que hacen pensar en varias teorías sobre la formación lunar, dependen de los siguientes factores también comprobados:
- Tamaño: El tamaño de la luna, según su diámetro (3.480 Km) es del 27 % del diámetro de la tierra (12.756 Km). Los científicos coinciden en que esto es bastante inusual para un satélite natural, ya que es demasiado grande en comparación con el astro que orbita.
- Composición: Las rocas lunares son idénticas en minerales, a las que se encuentran cerca de la superficie de la Tierra. La conformación del núcleo sí es completamente diferente.
- Gran actividad volcánica: La Luna sufrió en el pasado una extensa actividad volcánica, por lo que tuvo altísimas temperaturas y su materia estaba casi fundida en su totalidad.
- Orbita circular: La órbita lunar alrededor de la Tierra es casi circular; algo bastante inusual para ser una luna tan grande. Y otro factor revelador, es que dicha órbita es cada vez más lejana en casi 4 cm por año. Esto hizo deducir una cercanía muy atípica en sus tiempos de formación.
Teorías de la formación lunar
Existen cinco teorías sobre cómo fue formada la Luna. Esto refleja no solo la importancia que astrónomos, geólogos y otros científicos dan a la compañera de la Tierra; también revela el volumen de conocimiento que ya acumula el ser humano de este y otros astros y del cosmos en general. Han sido décadas de importantes avances y descubrimientos.
Teoría de Fisión o división
La teoría de fisión o división, se basa en que la violenta rotación de la Tierra en sus inicios provocó expulsión de masa terrestre. Se cree entonces, que la Luna se formó en unos cuantos millones de años, con toda esta masa expulsada; pero mantenida en órbita por la gravedad terrestre.
Seguidamente, la masa desprendida adoptó parte del momento cinético o angular de la Tierra, ocasionando que la luna resultante asumiera ese mismo movimiento rotatorio; que más tarde generó sincronía con el período de rotación. Asimismo, se cree que la masa terrestre desprendida, proviene, por su extensión y profundidad, del área del Océano Pacífico.
Esta teoría de fisión tiene muchos detractores. Estos sugieren, que solo una rotación excesiva pudo generar el desprendimiento de una porción terrestre de la magnitud descrita. Asimismo, señalan que dicha rotación debía ser equivalente a una vuelta completa en tres horas; un movimiento tan agresivo que hubiese hecho imposible la formación del mismo planeta Tierra. Se hubiese despedazado.
Teoría de captura
La teoría de captura, se asume que la Luna fue un pequeño astro en formación o planetesimal independiente, capturado por la gravedad terrestre.
En ese sentido, se cree que esta luna se formó en un período diferente al de la Tierra y en un lugar lejano. Asimismo, se cree que inicialmente este astro, describía una órbita elíptica entre el punto actual de separación con el Sol y un punto cercano a Mercurio.
Esta teoría asume también, que dicha órbita lunar fue alterada por los efectos gravitatorios de los planetas más grandes; de la misma manera en que generaron cambios en todo el sistema solar. Sin embargo, no se sabe cómo pudo ocurrir la desaceleración requerida, para que este astro pudiera ser atrapado por la gravedad terrestre.
Teoría de planeta binario
La teoría de planeta binario o de acreción binaria, asume que Tierra y Luna, fueron formadas a partir de los mismos materiales. Esto se basa en la datación por radioisótopos, de rocas lunares traídas a nuestro planeta por las misiones espaciales. Dicha datación, indica una edad lunar, muy similar a la de la Tierra (4.500 a 4.600 millones de años).
Esta teoría es rechazada debido a que la Tierra y la Luna presentan composiciones químicas y densidades muy diferentes. Por ejemplo, la abundancia de titanio y compuestos exóticos lunares, no se encuentra en igual proporción en la geología terrestre.
Teoría del gran impacto
Esta hipótesis establece que el satélite terrestre se originó por el choque contra la Tierra, de un planeta siete veces más pequeño, llamado Tea. Este impacto, hizo saltar al espacio grandes fragmentos de la Tierra, y del ahora destruido Tea.
Todos estos fragmentos, circularían durante millones de años alrededor de la Tierra, de manera similar a los anillos que hoy posee Saturno. Con el tiempo, el fuerte influjo gravitatorio terrestre, forzaría la reunión de dichos fragmentos hasta conformar la Luna.
En ese sentido, las dudas sobre esta hipótesis del impacto, se basan en que la Tierra debió desintegrarse con el mismo. También se cree que dicho impacto, no pudo generar fragmentos tan grandes como para formar un satélite. Sin embargo, juegan a favor de esta teoría, las muchas simulaciones computarizadas utilizando datos reales. Estas arrojan que el gran impacto sí pudo formar la Luna.
Cómo es la superficie lunar
La superficie de la Luna está dominada por diferentes formaciones geológicas, que por la ausencia de atmósfera y agua, tienden a ser perennes. Esto quiere decir, que la geología lunar tiende a ser la misma por millones de años, tomando en cuenta las condiciones atmosféricas ya mencionadas. Sin embargo, deben tomarse en cuenta también, los cambios producidos por el impacto de meteoritos.
En ese sentido, se asume que la mayoría de los cambios de la geología lunar, fueron producidos por los mencionados impactos de meteoritos. Este y otros eventos iniciales dieron origen a las siguientes formaciones lunares:
Cráteres
Un cráter o astroblema, es la depresión resultante del impacto de un meteorito contra la superficie de un planeta, asteroide o satélite de superficie sólida. Es importante señalar que desde su formación, debida aparentemente a un gran impacto, la Luna no ha dejado de ser bombardeada por meteoritos; que no llegan a desintegrarse antes de impactar, precisamente por la ausencia de atmósfera.
En ese sentido, los impactos aunque de menor intensidad en los últimos millones de años, han contribuido en gran medida a dar forma al suelo lunar. Tal es el caso de los miles de cráteres que incluso son apreciados a simple vista desde la Tierra; y que han despertado gran fascinación a los humanos desde la antigüedad.
De esta manera, se puede establecer que los cráteres lunares, tienen en general un pico central, forma de anillo y una base con dimensiones variables. El tamaño de estos astroblemas lunares oscila entre los pocos centímetros y los 260 km; contando algunos con anillos de 4 km y picos de igual magnitud.
Es tanta la atención e investigaciones suscitadas por la Luna, que así como en la Tierra, muchas de sus formaciones geológicas tienen un nombre. De esta manera, se sabe que entre los cráteres principales están Clavius de 225 km de diámetro y Schickard de 227 km. Igualmente, están el elongado cráter Schiller de 179 x 71 km y el Tycho con 85 km de diámetro y unos sorprendentes 4600 metros de profundidad.
Mares y océanos
Los mares y océanos lunares, son grandes explanadas que ocupan más o menos el 16 % de la superficie de la Luna. Estos se formaron, por el basalto emanado de las erupciones volcánicas, generadas por el impacto de meteoritos al principio de la creación. Reciben ese nombre por Galileo Galilei, que en 1610 los divisó con su telescopio y comparó con el mar, por tener un tono más oscuro.
En años sucesivos y luego de diferentes investigaciones, se supo que estos mares lunares no contenían agua; pero aun así les fue conservado el nombre. De esta manera, se conocen como los principales, el Oceanus Procellarum, con una superficie parecida a la de Colombia y Centroamérica juntas.
Otros mares lunares conocidos son el Mare Imbrium, con 1123 km de diámetro y el Mare Tranquillitatis con 873 km de diámetro; también se encuentran entre los principales el Mare Serenitatis y el Mare Frigoris, ambos con 707 km y 1596 km de diámetro respectivamente. Estos mares se distinguen a simple vista desde la Tierra, por su color más oscuro y rojizo.
Catena
La catena es el nombre en latín, dado a las cadenas de cráteres de impacto. Según las investigaciones, estas cadenas fueron ocasionadas por el choque de asteroides o cometas, que se fragmentaron debido a las fuerzas de marea (gravedad). Luego, los fragmentos resultantes continuaron en la trayectoria del cuerpo principal, hasta el momento del impacto violento contra la superficie lunar.
Por otro lado, se han encontrado cadenas de cráteres bordeando cráteres mayores, y por esa razón, ha surgido otra teoría. Esta sugiere que las catenas fueron causadas por impactos secundarios del material eyectado, luego de la colisión principal; o también por una actividad volcánica causada por las fisuras resultantes de dicho primer impacto.
Bombardeo intenso tardío
El también llamado cataclismo lunar o bombardeo intenso tardío, se refiere a un período ocurrido entre 4100 y 3800 millones de años. Fue un espacio de tiempo en el que los planetas interiores del sistema solar, fueron literalmente masacrados por intensos impactos de grandes asteroides. En ese sentido, fueron bombardeados específicamente Mercurio, Venus, Marte y la Tierra, con sus lunas.
La luna terrestre es el astro del que se tiene mayor información y pruebas, de la ocurrencia de dicho cataclismo. Esto se debe a las pruebas por radioisótopos ya mencionadas, que le fueron realizadas a las rocas lunares; las que además, son similares en composición, a algunos meteoritos conseguidos en la Tierra.
Con dichas pruebas, sumadas a otras investigaciones e hipótesis realizadas, se prueba además, algo fácilmente apreciable con solo mirar la Luna y sus paisajes; los inmensos cráteres y deformaciones solo pudieron producirse por los grandes y masivos impactos que recibió, presumiblemente en este período del bombardeo intenso masivo.
Hay varias hipótesis sobre el cataclismo lunar y pocas certezas, lo que sí es seguro, es que la luna terrestre ha sido y será de gran ayuda; para determinar esta y muchas otras teorías sobre su propia formación, la de la Tierra y sobre el sistema solar al que pertenece.
¿Por qué se llama Luna?
El origen del nombre de la única compañera de la Tierra, se puede encontrar en el latín más antiguo, por la palabra losna, proveniente a su vez de la palabra leuksna que significa luminosa. Esta última palabra, posee la misma raíz de lux (luz), lucere (lucir o brillar) y de lumen (luz o lumbre), entre otras acepciones.
Asimismo, se sabe que las anteriores raíces latinas del nombre de la Luna, proceden de raíces indoeuropeas (leuk – “la luz”) y griegas (lýjnos – “lámpara). En lengua protoindoeuropea, se encuentra un nombre masculino para la Luna (mēns o menós), incluso en lenguas itálicas primitivas como el umbro, se usaba la forma meznek (Luna).
De los vocablos mencionados, además de surgir “luna”, surgió también “lunes” (día de la Luna) y surgió la evolución semántica para designar al mes. Asimismo, son equivalentes la Diosa romana Luna y la Diosa griega Selene. De ésta última, surgen la palabra “selenografía”, que se refiere a la cartografía lunar y también el elemento “selenio” (resplandor de luna).
Interesantes datos sobre la Luna
La vecina más cercana de la Tierra, ha evolucionado de manera muy diferente a esta. En primer lugar, su gravedad es tan débil como para retener atmósfera y por consiguiente, no tiene aire respirable. Esto a su vez, hace imposible la existencia de vida y factores ambientales como la lluvia o la nieve y la erosión superficial del viento. Pisadas o impactos de meteoritos, pueden durar intactos por siempre.
Todo este ambiente casi estático, en el que incluso tampoco existe el sonido, puede sin embargo, contar con datos muy interesantes:
- Tamaño: Es excepcionalmente grande si se compara con la Tierra, en relación al tamaño de un satélite con el astro que circunda. En ese sentido, la Luna tiene 3.489 km de diámetro y 3,34 g/cm3 de densidad.
- Distancias: La distancia Luna – Tierra es de 384.000 km (varía según la órbita lunar), equivalente a 30,1 veces el diámetro terrestre. Asimismo, la distancia Luna – Sol es prácticamente la de la Tierra al Sol, que es una unidad astronómica (149 mil km).
- Temperatura: Las temperaturas lunares son extremas y muy variables. Estas van desde aproximadamente los 120 °C, bajo exposición solar, hasta los -153 °C en la sombra. Hay zonas en las que al no llegar nunca la luz, la temperatura puede bajar aún más, hasta los -230 °C.
- Movimiento: La Luna describe una órbita elíptica muy particular alrededor de la Tierra, a un promedio de 5700 km/h. Igualmente, describe los movimientos de rotación y de traslación. Estos movimientos definen ciclos llamados revoluciones y de estos, surgen a su vez las fases lunares, las mareas y los eclipses.
Órbita de la Luna
En primer lugar, es importante resaltar, que la “órbita de la Luna”, es diferente a la llamada “órbita lunar”, que obedece a la trayectoria de un astro, sonda o nave espacial en torno a este astro. Aclarado esto, se interpreta entonces, que la órbita de la Luna, es el giro o vuelta que esta realiza, alrededor de la Tierra.
Se debe señalar en primer lugar, que este movimiento lunar en torno a la masa terrestre, es bastante particular y variable. Esto se debe a la elíptica de baja excentricidad que describe y se produce en sentido antihorario, a una distancia promedio de 384 mil km. Esta órbita es cambiante a raíz de diferentes perturbaciones.
Se sabe además, que durante dicha órbita, ocurren variaciones de distancias, que van de los 356 mil km a los 406 mil km. Ubicándose la menor de estas en el punto más cercano a la Tierra, y la mayor en el punto más lejano de la misma. Por esta misma razón, varía igualmente la velocidad orbital que va de 1,08 km/s a 0,96 km/s, con promedio de 1,02 km/s.
Si bien existen mediciones específicas de la órbita estudiada, esta es mucho más variable cuando se hacen los cálculos para las misiones espaciales. Esto se debe en principio a la influencia de la gravedad solar sobre la Luna, que duplica a la que ejerce la Tierra. A dicha influencia se suma también, la no esfericidad terrestre y la de los demás planetas de este sistema solar.
Libraciones
Las libraciones u oscilaciones, son movimientos que permiten ver desde la Tierra, el 59 % de la superficie lunar, y no un 50 %. Algo que ocurre en principio, debido a los grados con que se inclina el eje rotatorio de la Luna, en concordancia con la rotación terrestre y el plano de la eclíptica, al completarse una revolución sideral. Existen tres tipos de libraciones que se describen a continuación:
Libración en longitud
Esta ocurre cuando la velocidad angular no es uniforme pero sí la rotación lunar. Debido a esta oscilación, la Luna describe una especie de vaivén de este a oeste. Todo esto se basa, en que la Tierra no está ubicada en el centro de la órbita lunar.
Libración en latitud
Ocurre por la inclinación del eje rotatorio lunar, en referencia al plano de su órbita y la proyección eclíptica. Basados en esto, los científicos calcularon que no solo se pueden ver ambos polos lunares, sino un poco más allá, por el lado del polo sur.
Libración diurna
Esta oscilación ocurre debido al hecho de que el radio terrestre es bastante significativo en relación a la distancia Tierra – Luna. El valor arrojado por esta libración, se acerca a un grado (1 °), que es un valor cercano a su grado de paralaje.
Movimiento de rotación
El movimiento de rotación de la luna es, como su nombre lo indica, un giro que esta describe sobre su propio eje o centro de giro. Este movimiento, tiene una duración de 27,32 días, o lo que es igual, la Luna tarda 27,32 días en girar sobre sí misma.
Movimiento de traslación
La Luna describe un movimiento de traslación alrededor de la Tierra, marcado principalmente por la fuerza de gravedad terrestre. En este recorrido o viaje, este satélite describe una vuelta completa a la Tierra, en aproximadamente 28 días. Asimismo, la velocidad de esta traslación lunar, se calcula en 1 km/s.
Cara oculta y cara visible, extraña precisión rotatoria
La Luna como satélite terrestre, recibe una influencia llamada gradiente gravitatorio, que la frena por completo. Esto ocasiona, ente otras cosas, que los movimientos de rotación y de traslación lunares, tengan aproximadamente el mismo tiempo de duración. Esto a su vez, causa que la cara lunar visible desde la Tierra sea siempre la misma.
Este efecto terrestre sobre los movimientos de su satélite, es a grandes rasgos, lo que ocasiona el mito de la cara oculta de la Luna. Por esta razón, han surgido no solo mitos, sino también muchas teorías e investigaciones científicas; casi con la misma intensidad que las suscitadas por el resto de aspectos lunares.
Revoluciones lunares
Las revoluciones lunares, son períodos diferentes marcados por el movimiento de traslación de la Luna alrededor de la Tierra. Dicho movimiento, es tan complicado e inconstante, que ha hecho necesario subdividirlos en diferentes revoluciones o tipos de meses. Estas subdivisiones influyen además, en los calendarios de diversas culturas.
Las diferentes revoluciones o meses, se crearon a partir de los cálculos surgidos de las variaciones orbitales mencionadas, siendo estos los siguientes:
Mes sidéreo
Tiempo que discurre, entre dos pasos simultáneos de la Luna, por el círculo horario de una estrella visible desde la Tierra. Dicho tiempo consta de aproximadamente 27,3 días.
Actualmente, no se le atribuye al mes sidéreo mayor importancia desde el punto de vista astronómico. Aun así, se tiene registros de su uso por las culturas del Medio Este, como la China y la India. Estas dividieron el cielo en 28 partes equivalentes a días, donde cada uno representaba una constelación, siguiendo la huella lunar en su paso por las estrellas.
Mes sinódico
Está definido por el tiempo que discurre, entre dos ubicaciones lunares y solares, análogas; o dicho de otra forma, entre dos fases de la Luna. Su duración es de 29 días y 12 horas, aproximadamente. Este ciclo es conocido también como lunación y marca las fases de la Luna.
Las perturbaciones orbitales de la Tierra y de la Luna, tienden a ocasionar variaciones de más o menos 0,56 días aproximadamente, en las diferentes lunaciones o fases lunares.
Por otra parte, investigaciones arqueológicas han permitido probar, que ya en el lejano paleolítico, se apoyaban en las fases lunares para contar el tiempo. Además, este mes sinódico sigue siendo la base de cálculo de algunos calendarios en la actualidad.
Mes trópico
Se refiere al período que discurre entre dos pasos seguidos de la Luna, por el círculo horario del punto vernal o punto Aries (g). Este mes es más corto que el sideral, por su duración de 27,3 días, aproximadamente. Esto se debe a que la Luna regresa más pronto al equinoccio, que al mismo lugar entre estrellas fijas.
Mes anomalístico
Tiempo que discurre entre dos pasadas seguidas de la Luna, por la posición orbital más cercano a la tierra. Dicho de otra forma, el tiempo que le toma a la Luna ir de un perigeo al siguiente. La duración de este mes anomalístico es de 27 días y 13 horas, aproximadamente.
Mes draconítico
Tiempo que tarda la Luna para pasar una vez seguida por el nodo ascendente de su órbita. La duración aproximada de este mes draconítico, es de 27 días y 5 horas.
Este mes es importante porque permite calcular y predecir, cuándo ocurrirán los eclipses. Estos, ocurren cuando están alineados el Sol, la Tierra y la Luna, con ésta última como punto de observación. Esta alineación ocurre solamente cuando el satélite terrestre se acerca a la eclíptica, o lo que es igual, cerca de uno de los nodos.
Se habla de mes draconítico, en referencia a la historia o creencia, sobre un dragón mitológico que habita en los nodos; y que este, durante cada eclipse, se come al Sol y a la Luna.
Fases de la Luna
Hablar sobre las fases de la Luna, es referirse a las diferentes formas en que esta, vista desde la Tierra, recibe y refleja la luz solar. En este aspecto, juega un papel muy importante el movimiento de traslación lunar alrededor de la esfera terrestre y de esta última alrededor del Sol. Ese constante movimiento de ambos astros, incide en la cantidad de luz que esta recibe.
De esta manera, la cantidad de luz solar que recibe el satélite terrestre, marca cuatro fases principales de iluminación en un ciclo completo. Este ciclo tarda unos 29,53 días, que es el mes sinódico descrito anteriormente. Este inicia y termina en el punto en que Luna no puede verse desde la Tierra; pasando por etapas de iluminación, cada vez mayor.
En ese sentido, se describen a continuación, las fases principales de iluminación solar de la Luna:
- Luna nueva: Es la primera fase y se refiere al momento en que, como se relató anteriormente, el satélite no es visto desde la Tierra; por estar entre esta y el Sol y no recibir ninguna iluminación. Se le llama también novilunio.
- Cuarto creciente: Ocurre cerca de una semana después de la fase anterior. En esta etapa, la Luna se ubica en medio de la Tierra y del Sol, formando con estos, un ángulo de 90 °. Se le llama creciente, porque en este punto la cantidad de luz va de menos a más.
- Luna llena: Es el puntoen que la Luna recibe el máximo de luz solar, en el lado o cara posicionado en ese momento frente a la Tierra. Se le llama también plenilunio y es el punto en que se puede apreciar la superficie lunar en su máximo esplendor. Se le llama Super Luna, cuando además de ser luna llena, está posicionada en el punto más próximo a la Tierra (perigeo).
- Cuarto menguante: Luego de la fase de luna nueva, el ciclo de iluminación solar, comienza a descender progresivamente hasta ubicarse de nuevo en esta misma fase inicial. Ese punto intermedio es el cuarto menguante, con iluminación exacta a la del cuarto creciente, pero en fase descendente. En este período, se puede ver la Luna en horas de la mañana.
De acuerdo con lo anteriormente expuesto, es importante señalar que estas fases lunares, son el punto de referencia escogido para la organización de algunos calendarios. Más específicamente, el calendario judío y el musulmán, basan sus días y meses, en estas fases de iluminación del satélite terrestre.
Los eclipses
Desde el punto de vista más básico, un eclipse es el punto específico en que un astro se coloca entre otros y el sol o estrella que les aporta la iluminación. Dicho en otras palabras, es el punto en que un astro le bloquea o tapa el sol a otro. La sombra resultante en el astro afectado, va apareciendo y desapareciendo de forma progresiva. Esta misma sombra marca la totalidad o no, de dicho eclipse.
En ese sentido, desde un punto de observación terrestre, se aprecian dos tipos principales de eclipses, el de Sol y el de Luna.
- Eclipse de Luna: Se produce cuando la Tierra se posiciona en un punto preciso en el que bloquea la luz solar a la Luna. Durante un eclipse lunar total, ocurre el fenómeno luna roja, causado por la refracción de la luz filtrada por la atmósfera terrestre; un efecto similar al que se aprecia en los atardeceres y amaneceres. Este eclipse ocurre en luna nueva o llena.
- Eclipse de Sol: Este ocurre solamente cuando hay luna nueva, y en el punto exacto en que la Luna se posiciona entre el Sol y la Tierra; dejando a oscuras la cara terrestre que debía estar iluminada. Durante este eclipse, se puede apreciar desde Tierra, el disco lunar “eclipsando” al sol de manera parcial o total. El eclipse es anular, cuando el disco lunar es más pequeño.
Las mareas
Por los diversos estudios y análisis realizados en los últimos años, se sabe ya que la Luna no gira alrededor de la Tierra. Esto se debe a que influye más, el centro de masas o de gravedad, que existe entre estas dos. Aun así, por ser la Tierra mucho más grande, la influencia gravitatoria de Luna sobre esta, es evidente y variable.
En ese sentido, la influencia gravitatoria lunar sobre la Tierra, es mayor cuando están más cerca y obviamente disminuye cuando se alejan. Entonces, mientras la Tierra gira sobre el centro de masas, su influencia gravitatoria le genera una atracción que procura deformarla; y esta asume literalmente la forma de un huevo.
De esta manera, se hace evidente que dicha atracción, afecta mucho más a las masas de agua que a las terrestres; las cuales se elevan dos veces por día, en sincronía con el alejamiento de la Luna. Esta elevación es lo que produce las mareas, que se pueden percibir como el alejamiento y acercamiento de las aguas en las costas.
Como consecuencia de las mareas, que causan a su vez la fricción oceánica con el lecho marino, tiende a surgir un desequilibro gravitatorio del sistema Tierra-Luna; que ésta última compensa alejándose 3,8 cm por año.
Cada año más lejos
Dadas las investigaciones realizadas, la Luna se está alejando de la Tierra y como fue señalado anteriormente, se debe a un principio de compensación. Sin embargo, llegar a tal afirmación obedece a las mediciones de la distancia entre los dos astros. Mediciones realizadas con gran precisión, con dispositivos llamados retroreflectores, colocados en la Luna durante las misiones espaciales.
Es por estos dispositivos, que se pudo determinar la distancia promedio entre Tierra y Luna de aproximadamente 384.400 km. Además, basado en estos cálculos precisos, se ha podido proyectar las distancias en el pasado y determinar que hace 4500 millones de años, la Luna estaba entre 15 y 20 veces más próxima a la Tierra.
Sin embargo, aun cuando se conoce la causa del alejamiento lunar, falta por determinar el efecto de esto en el planeta.
Influencia lunar sobre el ser humano
Desde tiempos antiguos, existen creencias de la influencia lunar en el comportamiento del hombre; tal como la que ejerce este satélite, en el planeta, el clima y las mareas. En ese sentido, se describen a continuación algunas de estas creencias:
- Efecto en el sueño: Se podría decir que es una de las influencias lunares sobre el ser humano, que han tenido alguna investigación. En ese sentido, se sabe de un estudio realizado en Suiza, que demostró los cambios que la luna llena operaba en la calidad del sueño. Por lo tanto, está comprobado, que puede ocasionar sonambulismo.
- El ciclo menstrual: Debido a los 28 días que dura un ciclo menstrual, se cree que este está influenciado por el movimiento de traslación lunar. Esto no está probado, pero queda la curiosidad de que el origen de la palabra “menstruación”, es etimológicamente el mismo de las palabras “luna” y “mes”. También la fertilidad es asociada a la Luna por esta misma creencia.
- Partos y crecimiento del pelo: Se cree que en luna llena, es mayor la ocurrencia de partos, dicho por parteras, enfermeras y médicos. En cuanto al crecimiento del pelo, se cree que es mejor cortar el cabello dañado en luna llena, y que cortarlo en cuarto menguante, retrasa el crecimiento del mismo. No hay prueba en ninguno de los casos.
- Influencia en los animales: Esta sí está comprobada por diferentes estudios, pero ninguno lo atribuye a razones místicas, sino a la mayor incidencia de luz nocturna; esto torna más activos a los animales, en especial a los de hábitos de caza.
- Salud mental: Probablemente con el mismo origen de la creencia anterior, este mito da cuenta de que el ser humano puede tomar conductas demenciales en luna llena. Incluso las palabras “lunático” y “locura” surgen de la misma rama etimológica de “luna”. Asimismo, policías y médicos de todo el mundo apoyan esta creencia, que tampoco está probada.
El ser humano y la exploración lunar
El creciente interés por el cosmos, mostrado por el ser humano desde la antigüedad, tuvo un curioso impulso con los descubrimientos de la edad media. Esto se debe a que eran bastantes limitados y rudimentarios los recursos de que se disponían en esa época; y aun así marcaron una enorme pauta.
Sin los avances significativos de esos tiempos pasados y recientes, no hubiesen surgido las grandes interrogantes que generaron la evolución en el presente. Todo esto sirvió como marco y punto de apoyo a la investigación espacial y más específicamente a la exploración lunar.
En ese sentido, se puntualiza a continuación una pequeña cronología resumida de los eventos más relevantes de dicha exploración lunar; enmarcada por el inicio de la creciente rivalidad de Estado Unidos y la entonces Unión Soviética (U.R.S.S.), como únicos protagonistas:
Primera fase
Fue el período más frenético y de mayor actividad de la exploración espacial y lunar, conocido como la carrera espacial. Este período va desde el 1958 hasta el 1976, tiempo en que fueron lanzadas 90 misiones a la Luna, entre los potencias mencionadas.
De esta primera fase se obtuvieron grandes logros, siendo los más destacables el primer impacto lunar y la primera órbita alrededor de la Luna; a cargo del Proyecto Luna de la Unión Soviética. Por otra parte, se tienen los logros de la primera misión tripulada que orbita la Luna y el primer alunizaje y hombre sobre la Luna; que fue alcanzado por el Proyecto Apolo de Estados Unidos.
Toda esta intensa etapa de sondas y naves tripuladas, con muchos fracasos y también grandes logros, terminó en 1972 con la última misión Apolo (17) y la última sonda rusa (Luna 24) en 1976. Los más grandes logros fueron la colocación de dispositivos retroreflectores en la Luna y la obtención de muestras de rocas lunares, para su análisis en la Tierra.
Segunda Fase
Esta fase va desde el año 1976 hasta el 1990 y fue un período marcado por la cancelación de todo lanzamiento de misiones, tripuladas o no, a la Luna. A pesar de esto, fue un período aprovechado por las superpotencias, para el desarrollo y evolución de las plataformas tecnológicas.
En ese sentido, se mejoró el diseño de los cohetes impulsores y se perfeccionaron las técnicas de vuelo. Asimismo, se elaboraron dispositivos fotográficos más avanzados y se modernizaron las telecomunicaciones.
Igualmente en esta fase, países europeos junto a China, India y Japón, comenzaron a participar en los programas espaciales conjuntos con Estados Unidos, para preparar futuras misiones no tripuladas a la Luna.
Fase 3
Este período, se asume desde el 1990 hasta la actualidad, y está enmarcado en el renovado propósito de retomar la exploración lunar. En esta nueva era espacial humana, se han enfocado no solo Rusia y Estados Unidos; sino también la Unión Europea, India, China y Japón.
Por qué investigar la Luna
Si algo queda claro sobre la atención que el ser humano fija sobre la Luna, es que tiene plena conciencia de la importancia que esta tiene. Dicha importancia no se basa solo en los aspectos científico, astronómico o geológico, sino también en el en el aspecto estrictamente humano y circunstancial.
En se sentido, se ha podido probar, que la influencia lunar hace posible la estabilidad de la Tierra y la vida sobre ésta. Esto se debe, a que la Luna causa el equilibrio justo, que define las fases lunares, la duración de los días y las estaciones climáticas. De no existir la Luna, el clima terrestre sería tan agresivo, que haría imposible cualquier vestigio de vida.
Otro aspecto resaltante, es la protección que el satélite terrestre ofrece como escudo natural ante las amenazas espaciales, como el impacto de meteoritos y asteroides. Sin su eterna compañera, la Tierra sería muy probablemente, una roca yerma y errante dando tumbos por el cosmos; y bombardeada por diferentes astros.
Asimismo, el ser humano con sus investigaciones, procura devolver a su satélite, una parte de lo este ha hecho por él. Esto queda demostrado, con las incontables investigaciones y los grandes riesgos asumidos en cada misión espacial; también en las vidas entregadas en varias de dichas misiones. Todo con un único propósito, explorar la Luna.
¿Qué queda por hacer?
Es mucho lo que se ha descubierto. Lo más reciente y resaltante por ejemplo, es el hallazgo de agua en burbujas de vidrio lunar. Solo este descubrimiento, transformará de manera gigantesca los planes que se tenía con las misiones programadas para los próximos años, con la Luna como destino.
Los diferentes científicos relacionados con el tema, exponen entusiasmados sus ideas sobre la mencionada transformación de las misiones lunares. Aseguran, que la presencia de agua abre un abanico inmenso de posibilidades, dentro del cual se contempla la creación de bases permanentes en suelo lunar.
Dada la pregunta sobre qué queda por hacer, es evidente la respuesta; queda mucho por hacer y demasiado que investigar y descubrir, por el beneficio de la ciencia y de toda la humanidad. Por solo señalar un detalle, está el problema del cálculo de la órbita lunar, que sigue siendo de los más complejos para la mecánica celeste; que sigue sin solución definitiva.
Probablemente sea una afirmación descabellada, pero la Luna se ha convertido con solo su presencia, en un factor clave para la existencia humana. De todos modos no se requiere mayor justificación, pues todo lo relacionado con ella, es y será siempre impresionante.
Referencias
www.astromia.com/tierraluna/laluna.htm
www.20minutos.es/noticia/3682955/0/50-anos-alunizaje-luna-mitos-leyendas-misticismo/?autoref=true
www.es.wikipedia.org/wiki/Luna
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