Cuando se abandona un sistema de estudios sin conseguir completar todos los requisitos para obtener un título, se cae en la deserción escolar.
Este problema acarrea muchas consecuencias sociales, emocionales y de índole familiar. Al no estar en un sistema educativo que permita abrir oportunidades de desarrollo profesional a futuro, los jóvenes están a expensas de caer en actos delictivos o al consumo de sustancias nocivas para su cuerpo, como las drogas.
En los países más desarrollados ocurre una fuerte deserción escolar en la educación superior tales como universitarias o profesionales. En cambio, en los países menos desarrollados, como los de Latinoamérica, es más común en la educación primaria y secundaria.
Al momento de tener algún indicio de que en una comunidad estudiantil exista un índice de abandono escolar, o este sea obvio y alto, todas las personas involucradas con la capacidad de ayudar deben actuar inmediatamente.
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Las causas de la deserción escolar
Tener problemas económicos en el seno familiar puede ser una de las más comunes causas de la deserción escolar.
Cuando los padres carecen de los recursos suficientes para darles a sus hijos las condiciones y herramientas necesarias para asistir a clases, se genera en el alumno un rechazo a mantener la continuidad en la asistencia.
Si el instituto educativo se encuentra distanciado del hogar donde reside el alumno, puede llegar a ser una causa justificable si los medios de transporte para el colegio son complicados o inexistentes. Hay lugares donde los niños van caminando a la escuela y las distancias son mucho más largas.
La exclusión social a la que puede ser sometido el alumno por parte de sus compañeros, personal docente y la misma comunidad tiende a afectar en el rendimiento escolar.
Esto produce una antipatía al momento de ir a la escuela, siendo un nicho perfecto para que la deserción escolar sea la opción más viable. Además de ello, se le suman los problemas en el hogar. Lo más probable es que el estudiante deje de ver clases y haga otras actividades menos productivas.
Si el alumno presenta algún tipo de problema de aprendizaje, que no sea bien tratado por negligencia o ignorancia por parte del personal docente, puede generarse aversión a los estudios.
La situación social del país en el que esté la comunidad del alumno juega un papel importante en la deserción escolar. Si no existe una estructura solida de sistema educativo que permita la inclusión y la facilidad de asistir a clases, el promedio de abandono tiende a ser más elevado.
Consecuencias de la deserción escolar
En las comunidades donde la deserción escolar es más propensa, es donde se encuentra mayor número de personas sin formación educativa. Esto quiere decir que la mano de obra calificada se vuelve escasa y se prolifera mucho el comercio informal.
El gran problema que esto trae en la sociedad es que las empresas no contarán con el personal más calificado. En cambio, la falta de educación no permite tener el conocimiento adecuado para realizar algunas tareas.
A largo plazo termina causando fallas, retrasos e incluso el cierre de comercios o empresas. En los peores escenarios, el vandalismo y los índices delictivos aumentan.
Al no estar preparados para una vida profesional adecuada mediante la adquisición de conocimientos educativos formales, muchos de estos jóvenes caen en la delincuencia.
La deserción escolar es mucho más alta, el nivel de peligro y fechorías es mucho mayor que en aquellos donde existe un nivel de preparación más alto.
Cómo evitar la deserción escolar desde el hogar
Para que el índice de deserción escolar no siga creciendo, es necesario que los padres y representantes de los niños y adolescentes promuevan la asistencia al colegio.
En el hogar debe haber armonía y dedicación hacia el joven estudiante, para que este no caiga en depresión y frustración.
Cuando el ambiente en el hogar es adecuado para el sano crecimiento de un niño, este mantiene una educación basada en los valores que le imparten sus padres. Lo más positivo es la asistencia a la escuela y no debe haber motivo para pensar en no volver.
Manteniendo una rutina diaria de estudios y fomentando la disciplina en la educación, se evita en gran manera la deserción escolar desde el hogar.
Hay que facilitarles los recursos a los jóvenes para que mantengan el interés positivo en culminar los estudios, llegar a ser profesionales y lograr esos meritos tan notorios en la sociedad. Es importante que los niños sean felices, pero que a su vez puedan defenderse con conocimientos y bases sociales.
Cómo evitar la deserción escolar desde el aula
Los profesores, personal docente, personal administrativo y todo aquel que en colegio mantenga una interacción con el alumno, puede participar de manera activa para evitar la deserción escolar.
El docente debe mantener el interés del grupo en la enseñanza que está impartiendo haciendo amena la clase. Ellos pueden usar tonos de voz adecuada, manteniendo el control del grupo y con cierto nivel de cordialidad hacia el alumnado.
Es muy importante no permitir ningún tipo de exclusión por parte de los otros alumnos hacia algún otro, o un grupo de estudiantes porque tengan diferencias con los demás.
Propiciar un ambiente de cordialidad es una misión muy larga para un profesor, pero ese es el objetivo. Deben integrarlos a la oportunidad de querer mantenerse en la escuela.
Al momento de detectar alguna posible característica en un alumno sobre deserción escolar, se debe actuar con cautela. El personal debe tener la capacidad de tomar las acciones necesarias para brindarle apoyo y la ayuda necesaria.
La motivación hacia todo el alumnado es una técnica excelente para mantenerlos interesados, usando herramientas innovadoras, diferentes y actualizadas que se adapten a la realidad y la madurez de cada uno.
Al momento de corregir cualquier tipo de asignación, trabajo o tarea, la asistencia debe ser objetivo en los calificativos que se utilice. Con ello se busca que los estudiantes no sientan menosprecio o algún tipo de exclusión por no cumplir con las exigencias pautadas.
Esto no quiere decir que los docentes deben ser blandos o permisivos con los estudiantes. Ellos deben estar atentos en caso de que exista la posibilidad de que aumente la deserción escolar para tomar en cuenta este tipo de acciones y evitarlo.
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