Desde que el niño ingresa al aula musical comienza a familiarizarse con los sonidos emitidos por instrumentos y voces. Desde allí debe enseñársele que estos sonidos están representados por notas musicales. Paso a paso deberá ser guiado para que a través de ejercicios rítmicos entienda su forma y duración a través de la lectoescritura musical.
El sistema de notación musical que se utiliza en la actualidad es universal y de común estudio en todos los rincones del mundo. Este es un conjunto de representaciones gráficas compuesta por signos y palabras para mostrar las notas musicales. Asimismo, define su duración y la articulación del tiempo.
Esto tiene como finalidad compenetrarlo en un proceso comunicativo en el que expresará la música a través de símbolos. Sencillamente puede definírsele como el arte de leer y escribir música. Así debe ser plasmado para que el alumno lo entienda e internalice poco a poco.
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Nuevos términos de la lectoescritura musical
Es interesante para el niño conocer que las notas musicales además de entonarlas, también puede dibujarlas. Esto es parte de la lectoescritura musical. Asimismo, el docente cumple una labor fundamental en este proceso. Ya que muchos de sus alumnos no se han iniciado en la escuela tradicional y aún no saben leer ni escribir.
Lo primero que le enseñará es conocer las líneas y los espacios. Aquí aparecerá una palabra que seguro le causará asombro: el pentagrama. Es obvio que los niños no estén habituados con este tipo de lenguaje. Posteriormente estamparán las notas dentro de esas cinco líneas y cuatro espacios.
El conocimiento previo pierde cabida en este proceso pues en la lectoescritura musical para niños no es un requisito indispensable. La parte lúdica se conjuga con la música pues el docente debe valerse de ella para graficar duración y altura. Las figuras toman nombre propio: redondas, blancas, negras y corcheas.
¿Blancas, redondas y negras?
En esta nueva etapa el alumno no solamente canta o hace percusión con sus manos, también se ejercita en lectura y escritura. Observa en la pizarra como su profesor hace una redonda. Puede notar fácilmente que el círculo con el que se representa esta figura es grande.
Cuando se dispone a conocer su valor se da cuenta el por qué se le llama redonda. Esta vale 4 tiempos y los cuenta. Es pesada y regordeta. Lleva la cuenta así: un… dos…tres…cuatro. Le parece fácil medirla en el tiempo. Esta destreza le durará poco mientras conoce las demás.
Luego, le sigue la blanca. Tiene el cuerpo de la redonda pero con un brazo extendido. A este su maestro le llama plica. También puede contarla con facilidad pues vale 2 tiempos y la lee: un…dos. La lectoescritura musical para niñosayudaadesarrollar el cerebro reforzando sus conocimientos en otras áreas académicas.
Lectura Recomendada: ¿Qué es una nota musical?
El turno de la negra
Le corresponde el turno de encontrarse con la negra. Observa rápidamente que es igual a la blanca, pero toda pintada de color negro y de allí viene su nombre. Vale solo un tiempo y se detiene a leerla: un. La notación musical tiene por fin fijar en la mente del niño el valor de cada figura.
Por último y siguiendo ese orden, tendrá que familiarizarse con las más rápidas y veloces. Vienen nombres que no ha escuchado con anterioridad: corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas. Pero, ¿Cómo medirlas? Al principio lo hará con dificultad pero poco a poco se habituará. La medida cambia de velocidad.
El aprendizaje musical en dos vertientes: rítmico y melódico
Durante el aprendizaje musical existen dos vertientes que deben ser tomadas en cuenta al momento de aprender y enseñar. Estas son:
Aprendizaje rítmico
El ritmo está íntimamente ligado a la vida diaria. Ejemplos palpables del ritmo pueden encontrarse fácilmente en la naturaleza. El sonido de las olas, los latidos del corazón, la respiración, entre otras, son muestras sencillas del ritmo. Está más íntimamente ligado al cuerpo humano que la melodía y la armonía.
Al niño le es menos difícil hacer palmas y acompañar una canción que jamás ha escuchado, que cantarla. Es en ese instante cuando su maestro debe aprovechar su atención para realizar ejercicios rítmicos de fácil comprensión. Claro está, la apreciación de la estructura rítmica dependerá de la cultura musical del niño.
El eje fundamental de la música a una edad temprana es el ritmo. Si el niño no lo domina tendrá que hacerse énfasis en esa dirección. Podrá ser un buen lector, pero tendrá problemas a la hora de la ejecución instrumental. La pedagogía musical moderna establece que es pieza clave en las actividades musicales.
El ritmo se percibe más en el niño al momento de ir articulando las primeras palabras. El solo hecho de decir “ma-má” le inicia rítmicamente y luego este se incrementa con el movimiento corporal. En definitiva, el ritmo irá de la mano con el movimiento.
Aprendizaje melódico
Puede definirse a la melodía como aquellos sonidos sucesivos diferentes en altura y duración, pero con un sentido completo musicalmente. El principal elemento que debe enseñarse al alumno es el orden en la melodía. Si tomamos en cuenta ese consejo estaremos creando un músico organizado.
Pedagógicamente hablando, la melodía se une al ritmo para dar cuerpo a un determinado tema musical. No se concibe melodía sin ritmo, aunque esta podría ser al contrario. El niño puede ejecutar el ritmo en el bombo alternando redondas y blancas, pero si intenta cantar puede seguramente equivocarse.
Es preciso señalar que la capacidad melódica del niño va aumentando en la medida que va teniendo mayor edad. Los gustos musicales que vaya prefiriendo el alumno estarán íntimamente ligados a su propia cultura. De seguro, si vive en un área rural, su música predilecta será la autóctona de su zona.
El maestro y el aprendizaje melódico
El maestro puede valerse de una serie de ejercicios que permitan la comprensión de la melodía. En todo caso podrá simular el movimiento de un avión en cuanto a la altura del timbre. Si vuela alto, lo asemejará a las notas agudas. Si por el contrario viene bajando pronto llegará a las notas más bajas o graves.
Si solfean, es decir que entonan las notas musicales con su voz, utilizarán la escala cromática para habituarse a ella. Si sólo requieren copiarlas las ubicará en el pentagrama, pero teniendo cuidado de conservar la organización. La lectoescritura musical para niñosdebe ser reforzada constantemente.
La lectoescritura transformará musicalmente al niño
Actualmente la lectoescritura musical para niños se fundamenta principalmente en el juego ya que este forma parte del niño. Para tal fin, al maestro se le aconseja utilizar representaciones gráficas que le permitan al niño un acercamiento musical. También es menester que use un lenguaje acorde a la enseñanza.
Si el maestro logra captar toda la atención de su pequeño alumno seguro lo transformará musicalmente. Si hace lo contrario y esa energía se difumina y se pierde solo en el juego habrá fracasado. No será causa imputable al niño, será exclusiva de su mentor por no haber aprovechado su capacidad musical.
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