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¿Qué son los Tipos de inteligencia?

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Tema debatido entre los estudiosos de la conducta humana y donde no existe unificación de criterios en cuanto a los tipos de inteligencia. Algunos hacen mención a ocho tipos diferentes de inteligencia relacionada con habilidades lógico-matemáticas, otros refieren siete tipos diferentes y otro grupo afirma que son doce.

Así como existe quien afirma que se trata de un potencial biopsicológico de procesamiento de información resumido en la conocida teoría de las inteligencias múltiples.

Teorías sobre los diferentes tipos de inteligencia

Hay muchas teorías sobre este punto, pero podemos listar las más debatidas y conocidas de la siguiente manera:

  • La teoría sobre las inteligencias múltiples: publicada en 1983 por Howard Gardner donde describe a la inteligencia como una trama de conjuntos autónomos, relativamente interrelacionados, pero no lo concibe como un grupo unitario de diferentes inteligencias.
  • La teoría de la inteligencia como una única capacidad: Alfred Binet primer investigador en hablar sobre la edad mental como concepto para resolver determinados problemas.
  • La teoría que vincula la edad cronológica con la edad mental: William Sterm desarrolló esta teoría por asociación, concluyendo en lo que hoy conocemos como el «cociente intelectual» y los primeros test que podían medirlo.
  • La teoría bifactorial: F. Spearman ha propuesto la existencia de la intelectualidad general llamada «Factor G» que posee carácter hereditario asociada a las actividades que desarrollamos o llevamos a cabo.
  • La teoría de la inteligencia de Cattell: este investigador llamado Raymond Cattell afirma que la inteligencia se divide en dos tipos: la fluida o habilidad de razonamiento con una capacidad de adaptación sin depender del aprendizaje; y la cristalizada referida al potencial para aplicar todo lo aprendido.
  • La teoría de los modelos jerárquicos: el mayor exponente es Philip Edward Vernon quien basa su idea en tres niveles, a saber: A la que permite aprender y adaptarse a las circunstancias; B trata del nivel de habilidades que se demuestran en la conducta del individuo y la inteligencia C referida a la calificación en puntos que obtiene el individuo mediante la aplicación de un test.
  • La teoría de las aptitudes primarias: su autor Louis Leon Thurstone no cree que exista un factor general de inteligencia sino varios independientes que se vinculan entre sí. Refiere este investigador que existe un número de capacidades diferentes como el razonamiento lógico, la comprensión verbal, la memoria, la fluidez verbal, la capacidad numérica, la velocidad perceptiva, la agilidad, la capacidad espacial, entre otras.
  • La teoría de la estructura del intelecto: el autor de esta teoría Joy Paul Guilford basa su investigación en un modelo que ha llamado tridimensional, referido a operaciones cognitivas que se relacionan directamente con la memoria, la evaluación y la producción convergente vinculado con una capacidad especial de generar estrategias o soluciones a determinados problemas, lo que relaciona esta inteligencia directamente con el pensamiento divergente y la creatividad.
  • La teoría triárquica: expuesta magistralmente por Robert J. Sternberg indica que la inteligencia definitivamente se estructura como algo interno y no importa dónde se aplique y partiendo de este principio existen tres tipos: la analítica se corresponde con lo que tradicionalmente se conoce y asocia, vale decir la capacidad para adquirir, codificar y almacenar información; la práctica referida a las capacidades de adaptación o de contextualización en función de las necesidades y recursos que posea el individuo y por último señala a la creativa relacionada con la capacidad de afrontar situaciones nuevas.
  • La teoría de la inteligencia emocional: la más reciente de las teorías generada por Daniel Goleman es de las más difundidas en los años recientes porque considera que la habilidad para manipular las emociones ajenas es una forma de inteligencia poco conocida desde un punto de vista formal pero bastante aplicada hasta por personas sin conocimiento de su existencia.

Neuroplasticidad o inteligencia plástica

La tecnología aplicada en las resonancias magnéticas ha permitido hoy día observar con detenimiento el comportamiento de un cerebro en pleno funcionamiento. Esto ha permitido que los investigadores puedan afirmar que el cerebro humano, más allá de envejecer y morir con el tiempo, produce nuevas células cerebrales.

La producción de estas células genera nuevas conexiones entre ellas lo que posibilita «la creación de nuevo conocimiento» traducido en aprendizaje. Las personas con buen puntaje en pruebas que miden el cociente intelectual tienden a vivir más tiempo, envejecen mejor y su éxito es mayor.

Lo mejor de todo esto es que cada día van haciendo nuevos descubrimientos y ya se sabe que la inteligencia no es algo estático. Esto ha llevado a concluir a algunos investigadores que esas habilidades o capacidades definitivamente hacen parte de la «neuroplasticidad» o elasticidad del cerebro.

¿Qué tan importante es la inteligencia?

Investigación que adelanta el Departamento de Ciencias del Cerebro del Imperial College, indica cómo nuestros hábitos, costumbres y estilo de vida pueden afectar nuestras capacidades. Surge entonces la necesidad de replantearse temas importantes como el concepto del término objeto de nuestra disertación y la forma correcta de usarlo, entre otros.

Cuando investigamos la definición en el diccionario de la Real Academia Española, indica que es «la capacidad de entender o comprender». Pero más adelante podemos leer «capacidad para resolver problemas»; entonces ¿cómo se sabe si realmente eres un genio aunque no hayas sido un estudiante sobresaliente?

Investigadores insisten en que el concepto tradicional debería ser execrado de los diccionarios porque solo intentan explicar fenómenos complejos que se suceden en el cerebro. Afirmación sostenida en un evento donde se reunió a doce prominentes especialistas y al solicitárselo, dieron más de dos docenas de conceptos diferentes.

Cuando se hace alusión a la inteligencia generalmente se asocia a algo racional, analítico, lógico y dependiente de un solo tipo de capacidad. Y al final ninguno de estos conceptos responde lo realmente importante, ni ha llegado a tener un perfil absoluto.

¿Somos inteligentes?

La opinión mayoritaria o donde quizás existe consenso es en el hecho comprobado de que efectivamente podemos ser inteligentes en menor o mayor grado. La diferencia puede estribar en dos aspectos esenciales: la genética y el aprendizaje que incluye el ensayo y el error.

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La genética influye cuando un individuo se hace más inteligente que otro encontrándose ambos en igualdad de condiciones sociales, ambientales y culturales. Y el aprendizaje va a depender casi exclusivamente de la práctica constante de alguna habilidad no transmitida genéticamente.

Así vamos sumando hechos demostrables que eventualmente darían la razón a quienes insisten en que las expresiones «somos inteligentes, es inteligente» deberían desaparecer.

Debemos aclarar que ciertamente un niño no nace siendo inteligente, sino que se va haciendo inteligente ya sea por su condición genética o por aprendizaje. Y el medio donde nos desenvolvamos permite que la inteligencia se desarrolle en menor o mayor medida.

Descubriendo nuevos conceptos: la neuroeducación

En efecto se trata de un vocablo compuesto pero que describe muy acertadamente algo que viene ocurriendo desde hace muchos años. Se trata de «educar tus neurotransmisores» y así el cerebro mismo que, eventualmente puede tener una alta carga genética para obtener resultados impresionantes.

Una persona puede responder acertadamente un test que mida el cociente intelectual, elaborado a principios del siglo XX y eso no indica que es inteligente. Porque los primeros exámenes fueron elaborados con la intención de medir las diferentes capacidades de los niños para luego clasificarlos.

A los «menos capaces» los discriminaban porque su inteligencia era baja mientras al resto le prodigaban las mejores atenciones, error que comprendieron y corrigieron posteriormente. Los mismos psicólogos a cargo de la evaluación han interpretado la responsabilidad de los resultados y consecuencias por haber inventado esas pruebas.

Luego de varios años de experiencia comprendieron que estas pruebas solo tendían a segregar a las personas, privilegiando a grupos que presuntamente eran «más inteligentes»; pero la realidad es que habían obviado el detalle de la educación de esas habilidades innatas. La revisión constante de estos test y estudios serios de psicólogos connotados concluyeron que ser inteligentes no es una garantía de éxito en la vida.

¿Inteligencia o talento?

Cuando decimos que una persona «es inteligente» lo hacemos porque la asociamos a un grupo de habilidades específicas que la ayudan en su cotidianidad; pero cuando nos referimos a un artista plástico, a un músico o a un deportista sobresaliente lo catalogamos como talentoso. Obviando la inteligencia o la capacidad intelectual que requieren estos últimos para desplegar sus habilidades artísticas o deportivas.

Es aquí donde deviene la disyuntiva acerca de si una persona posee talentos especiales o «está inteligente» como sugieren algunos especialistas llamarle. Es cuando nace la neurociencia cognitiva que busca ahondar en el «espinoso» tema profundizando estudios más avanzados sobre el cerebro.

Expresa Enrique Santín que los seres humanos poseemos la facultad de comprender, pensar y analizar pero no todos poseen talento; porque esto último refiere a un don muy especial, algo innato no aprendido, «un obsequio de la naturaleza». Al final, «estar inteligente» es algo completamente compatible con el talento aun cuando se trate de cualidades diferentes porque se requiere de razonamiento lógico para potenciar el talento y este último es para la inteligencia un obsequio natural.

Caza de talentos y «fuga de cerebros»

No en vano se insiste en expresiones como estas que no están alejadas de lo que en realidad plantean los estudiosos del tema. La inteligencia es la herramienta que utiliza el talento para exteriorizarse y el talento es la llama que enciende la inteligencia; estas actitudes coinciden en colaborar con la excelencia intelectiva para dar la razón a la mejor inversión: el conocimiento.

Vemos la necesidad de retomar el punto de la neuroplasticidad por cuanto el conocimiento viene de la estimulación del cerebro para crear nuevas conexiones neuronales. Si quieres ser cazado o ser parte del grupo cuyos «cerebros se fugan» entonces comienza a ejercitarlo; peina tu cabello, lava tus dientes, practica la escritura con la mano que no eres diestro, exagerado pero hasta tu cerebro reirá.

Como humanos poseemos uno de los misterios más grandes que haya podido existir, el relacionado con la inteligencia y el funcionamiento del cerebro humano. La neurociencia va enseñando que hoy día es posible entrenar el cerebro para desarrollar habilidades que permanecen dormidas por desconocer su existencia.

Existen técnicas para hacer de ese entrenamiento cerebral algo bastante práctico en la vida y vamos a listar las más enseñadas en el mundo:

  • Haz cosas nuevas sin pensarlas: practica caligrafía, aprende cosas nuevas.
  • Aprende un nuevo idioma: no necesitas dominar a la perfección una lengua extraña, solo requieres las nociones elementales para educar tu inteligencia y puedes hacerlo desde la comodidad de tu casa.
  • Escribe todo lo aprendido en el día: generalmente aprendemos alguna cosa durante el día, es aconsejable que escribas al respecto indicando tu opinión sobre lo aprendido y el aprendizaje.
  • Practica la meditación: Los consejos del Dalai Lama no son palabras huecas como muchos creen, se trata de una herramienta avanzada que ayuda a combatir la ansiedad, el miedo, la depresión y mucho más.
  • Juega ajedrez o Scrabble: es una forma divertida y sana de entrenar tu cerebro y los juegos de mesa son ideales para ello.
  • Visita lugares desconocidos: sentarte en una plaza a alimentar las palomas, caminar por senderos naturales o tomar un café en un lugar nuevo, son técnicas que tu cerebro y tu inteligencia agradecerán.
  • Incentiva tu creatividad: redacta textos siguiendo instrucciones complejas, pinta con acuarelas sobre una pared usando solo tus dedos, desarma un aparato electrónico y observa sus componentes, en fin hay tanto por hacer y la imaginación es buena para eso.
  • Lee bastante: todo texto que caiga en tus manos puede ser objeto de lectura y posterior crítica, conviértete en un «revisor de textos» y mejora tus conocimientos de ortografía y gramática.
  • Procura hacer amistades inteligentes: rodéate y pasa tiempo con personas que admires o que simplemente creas que «son más inteligentes» porque siempre habrá mucho que aprender de ellas.
  • Elabora una lista de cosas hechas: técnica sugerida por muchos especialistas quienes ven en las cosas consumadas un ejercicio bastante práctico para el cerebro.

Relación con la inteligencia consciente

La inteligencia consciente es la que nos permite vivir en contacto con la verdadera esencia, la paz con nosotros mismos y el bien común. Se trata de una técnica cuyos objetivos razonados son los siguientes:

* Ayudar a los individuos a valorarse.

* Ayudar a desarrollar la paz interior.

* Ayudar a ser más felices.

* Ayudar a comprender cómo funciona la mente.

Esta inteligencia está mucho más vinculada con la llamada inteligencia emocional, de la que hablaremos en un artículo especialmente dedicado a ella pero debeos mencionarla. Se habla de ella cuando revisamos el recurso humano de empresas exitosas y vemos que tienen personal con alta inteligencia emocional; cuyo un entrenamiento les permite desarrollar habilidades y capacidades que se requieren en un mercado competitivo.

Por eso desde hace años especialistas vienen afirmando con toda propiedad que el mundo es creado por los pensamientos y puedes ser una persona exitosa. La confianza, la ilusión o el entusiasmo tienen la propiedad de fortalecer las funciones superiores del cerebro, lo que se traduce en logros y éxito.

Finalmente, actuamos «en modo automático», no escuchamos nuestro interior por eso el llamado final es a comenzar a reaccionar «en modo consciente» oyendo nuestro corazón.

Referencias:

https://www.bbc.com/mundo/noticias-43352690

https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/ms-cerca-de-una-nueva-fsica-601/inteligencia-12126


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Mou D. Khamlichi

Mou D. Khamlichi

Auther

El Doctor Mourad es un apasionado de las ciencias y muy especialmente de la que conduce al descubrimiento de nuevos medicamentos para curar enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central (la esquizofrenia y el Parkinson) y con la oncología, tratando varios tipos de cánceres tales como el cáncer de páncreas o el cáncer estomacal. Mourad dirige el trabajo de 30 investigadores en la empresa Eurofins-Villapharma desde el año 2008. Junto con su equipo da constante apoyo a las grandes multinacionales farmacéuticas para encontrar nuevos fármacos del siglo XXI. Cualquier persona puede contactar con él a través del formulario de contacto en este sitio web o a través de su perfil profesional de Linkedin.

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