Árboles y plantas que producen resina son un tema que pronto se puede tornar enrevesado cuando no se define claramente y con criterio. La realidad es que las plantas de toda clase, dimensión y color deben producir algún tipo de sustancia para su supervivencia.
Estas secreciones reciben muchos nombres, y las coincidencias entre ellas, sea en su origen, utilidad o características físicas, no equivale a que sean lo mismo. La savia, por ejemplo, no es resina. Y la secreción gomosa del cerezo, aunque se pudiera suponer la una o la otra, no es ninguna.
La resina, en sí misma, se trata de una sustancia sumamente útil. Es fácil obtenerla en un estado cuasi puro, y es incluso improbable utilizar instrumentos de vida cotidiana que no contengan subproductos de la resina.
Con carácter informativo, se pueden mencionar productos como la goma de mastica, adhesivos, papel, plástico, caucho, o resina líquida, utilizada con fines decorativos o barnizados. No obstante, el producto no es la prioridad actual, sino las plantas que producen resina en toda su variedad, sean útiles para el hombre o no.
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Las Coníferas son las plantas más que producen Resina más populares
En España la abundancia de pinos, por sobre otras plantas que producen resina, es tan abrumadora que la palabra se ha casado con el árbol. En lugar de “resina” se le denomina coloquialmente “resina de pino”. Esto no es de extrañar.
El pino es miembro de la familia de las coníferas, un grupo de árboles definido por sus frutos en forma de cono o “piñas”. Las coníferas son, además, el mayor grupo de plantas que producen resina. En efecto, cuando se habla de resina, es sabio suponer que se habla de una conífera.
Los llamados “bosques boreales” o “taigas” son uno de los biomas más extensos del planeta, ocupando el 17% de su superficie terrestre. A estos los conforman coníferas primordialmente. Aunque estas plantas se encuentran por todo el mundo y en toda clase de climas.
Las coníferas exhiben diversos factores para su identificación, por ejemplo, sus hojas en forma de “espina”. También resalta su capacidad de producir resina protectora en contra de infecciones, parásitos, y selladora de heridas. Sin embargo, la característica principal que les da su nombre es la forma de sus semillas.
Antes de producir Resina, tiene que crecer la Planta a partir de un Cono
A diferencia de las plantas angiospermas, las semillas de las coníferas quedan contenidas dentro de un cono protector. Este cono protector es, en gran parte, responsable del éxito ecológico de las coníferas.
Estas plantas que producen resina tienen mecanismos de defensa que las han llevado a dominar ambientes boreales tanto como ígneos. Mientras la resina protege al árbol propio de daño e infecciones, el cono preserva su descendencia.
Contrario a las semillas angiospermas (que se alimentan del decaimiento de la carne de la fruta), el cono protege a la semilla. Consecuentemente, dichas semillas pueden germinar años enteros tras haber abandonado la flor del árbol. Adicionalmente, consiguen sobrevivir climas extremos de frío e incendios forestales.
Se sabe que los conos han llegado a permanecer unidos al árbol por hasta una década. Habiendo caído, la semilla es libre de crecer cuando las condiciones se den, al resguardo de animales y otras amenazas. La semilla, entonces, germina por entre las escamas abiertas del cono cuando el clima es ideal (caliente y seco).
Algunos ejemplos entre las siete familias de Coníferas, Plantas que Producen Resina
Según el ecosistema, habrá presencia de coníferas según sus familias, que se cuentan en siete grupos. Como se dijo anteriormente, el pino es, quizás, el más reconocido entre las plantas que producen resina.
El Pinus Plaster, de la familia Pinaceae, llega a medir alrededor de 40 metros de altura, y su tronco puede ser recto o retorcido. Las hojas, llamadas acículas, se disponen en grupos de a dos. Las ramas maduras son más frondosas que las jóvenes, por lo que el árbol es tupido cerca de la base y ralo por la punta.
Se trata de una planta monoica. Los conos o piñas, denominados “estróbilos”, brotan de la flor femenina, mientras que las flores masculinas brotan en primavera y producen abundante polen amarillo.
Si bien estas plantas que producen resina resultan sorprendentes en sus dimensiones y vida útil (para resinado), dependen de la calidad del suelo. En ambientes pobres o arenosos el pino germina, lo cual es muy notable, pero sólo crece unos 3 metros. Humilde en comparación.
El Árbol y sus Impostores
Los cedros son nativos de las regiones montañosas a lo largo y ancho del mundo. Son árboles fuertes, de madera dura, que sólo necesitan condiciones básicas para alcanzar alturas de 48 metros de alto. También existen variedades pequeñas, de tamaño adecuado para ser árboles ornamentales.
Notablemente, el cedro sufre de una vulnerabilidad casi paradójica. Este prefiere climas lluviosos, pero no le sienta bien que sus raíces queden sobresaturadas de humedad. Las montañas son ideales por esto.
Siendo que pertenecen a la familia pinaceae, los cedros tienen hojas pequeñas y escamosas que, al triturarlas, producen un aroma placentero, y de sus flores brotan conos que contienen semillas.
Existen árboles, plantas que producen resina, y, acordemente, coníferas, que son sumamente parecidos al cedro, pero no pertenecen la misma familia. No obstante, sus nombres (véase, calocedrus, thuja, chamaecyparis) han quedado indeleblemente afectados por el género cedrus.
La Planta que Produce Resina y madera aromática
El enebro es una planta que produce resina y es verde por todo lo largo del año. Las coníferas tienen fama de ser perennes, sin embargo, esto no es completamente acertado. Dependiendo de la planta en particular, sus hojas sí que cambian de color según la temporada.
Con respecto al enebro (Juniperus osteosperma), sin embargo, sus hojas conservan el verdor independientemente del ambiente. Las hojas pueden ser como espinas (similares a las del pino) o escamosas. Sus conos tienen un aspecto muy similar al de las bayas y son relativamente endebles.
Esta suavidad no es una limitante. Esta planta que produce resina prospera en todo tipo de suelos del hemisferio norte. Su madera es dura, aunque difícil de manejar inicialmente a causa del follaje espinoso. Una vez preparada, su madera es codiciada por su buena calidad, ligereza, maleabilidad y agradable olor.
A modo de curiosidad, la madera de enebro a menudo se comercia como “cedro aromático” o “cedro rojo”. Existen unos 50 tipos de enebro que oscilan entre los 40 metros de altura y asemejarse, por el contrario, a un arbusto. Los enebros pertenecer a la familia conífera Cupressaceae
Un sobrenombre simple: Árbol Grande, la Planta que produce Resina
Mientras que la familia conífera pinaceae se extiende a grandes alturas, los famosos árboles secuoyas pertenecen también a los cupressaceae. La subfamilia de los sequoioideae es solitaria, con sólo tres integrantes restantes. E incluso estos se consideran en peligro de extinción.
Cada vez que se habla de un árbol de secuoya, lo probable es que se refiera al sequiadendron giganteum, la especie de árbol más masiva del mundo. Las secuoyas superan en su adultez los 100 metros de altura, distribuidos en unos extraordinarios 1400 metros cuadrados de tronco.
Sumado a sus dimensiones impresionantes, estas plantas que producen resina tienen una madera de color rojizo que resulta sumamente llamativa. Esta planta califica como una de las coníferas de más rápido crecimiento, añadiendo a su tamaño tanto como un metro por año.
Aun así, las secuoyas se toman ampliamente más de un siglo en alcanzar su etapa adulta. Aunque tiene buenas capacidades de supervivencia, y puede soportar suelos constantemente húmedos, la secuoya no se sostiene en ambientes áridos.
La Planta paciente, tóxica, y que produce resina
La edad real de los árboles tejos es difícil de determinar. Un factor contribuyente es su capacidad de dividirse a medida que crece sin ceder y quebrarse bajo la presión de su propio peso. Sumado a esto, las ramas tienden a ahuecarse con la edad, por lo que el método típico de conteo de anillos es una empresa imposible.
Por todo el mundo se pueden encontrar especies de tejo, coníferas que forman la familia Taxaceae, productoras de resina, madera suave, y toxinas. El propio nombre en latín que les fue asignado, taxaceae indica el peligro que representa para el hombre.
No obstante, se los puede ver en su etapa adulta tocando los 20 metros con su característica copa piramidal de hojas aplastadas en jardines por doquier. Esto se puede acreditar a dos causas: primero, la longevidad y toxina del tejo lo ha colocado firmemente en las tradiciones del mundo antiguo. Segundo, es un árbol hermoso.
El color de sus hojas es profundo y sus conos (que brotan de árboles hembra) adoptan un color rojo intenso. Similar a otras coníferas, su mayor vulnerabilidad es que necesita un suelo bien filtrado. Fuera de esto, el tejo tolera diversos niveles de humedad y exposición a la luz solar; es fácil de cultivar.
Un antepasado distante, la resina que hoy es ámbar
La familia de los Araucariaceae es ancestral. Tuvieron su apogeo en la era cretácea, al final de la cual, en conjunto con la extinción de los dinosaurios, las araucarias desaparecieron del hemisferio norte. Actualmente se les puede encontrar en países como Brasil, Nueva Caledonia y Australia.
Aunque coníferas en todo derecho, las araucarias resaltan entre otros árboles por su aspecto peculiar y variado. Sus hojas son verdes todo el año, son rígidas, puntiagudas, y están estrechamente unidas entre sí.
Se trata de una especie de dos sexos. Cuando esta planta que produce resina es macho, sus conos conforman lo que cabe esperar del fruto de una conífera. Al contrario de esto, los conos hembras son bulbosos y de semilla comestible.
Una de sus especies mejor conocidas se cultiva en Chile. Alcanza alturas de 50 metros, y sus conos llegan a medir 20 centímetros. En efecto, las cualidades prehistóricas del árbol sobreviven en parte, mientras que la adaptación a climas modernos ha conducido a una familia de plantas excepcionales.
Curiosidad sobre la Resina Fosilizada
El proceso de fosilización requiere condiciones específicas, entre las cuales resalta el tiempo. Este tiempo fácilmente cae en el orden de los millones de años. En todo este periodo el fósil corre el riesgo de ser destruido completa o parcialmente.
Sabiendo esto, resulta impresionante el estado de conservación en que se encuentran especies animales, vegetales y microscópicas contenidas en ámbar. Por efecto de sus propiedades químicas, la resina que producen las plantas deshidrata los organismos que captura por casualidad.
Sumado a esto, la resina es bactericida y previene la acción de hongos que, al igual que un microorganismo, pudieran desintegrar al espécimen. Siendo que la resina se excreta en defensa de daños a la corteza, no es raro encontrar ámbar con especies de insectos o reptiles dentro en un estado prácticamente impoluto.
El estado de conservación es tan completo, que el ámbar es para la ciencia una ventana hacia el pasado distante. A partir de estos ejemplares se ha logrado extraer trazos de moléculas de ADN. El Ácido Desoxirribonucleico, cabe destacar, se corrompe muy rápidamente en condiciones normales, por lo cual hallarlo en tal estado es un prodigio.
Una Planta que Produce Resina oriunda del Hemisferio Sur
Esta familia de plantas, las Podocarpaceae, crece naturalmente en la cordillera de los Andes, Tasmania, Australia, e incluso es flora típica de la Antártida. Esta familia exhibe enorme variedad morfológica y ecológica, habiéndose adaptado a climas subsaharianos, tanto como antárticos.
No obstante, en climas extremos, estas coníferas se mantienen verdes a lo largo del año, y dan frutos sumamente peculiares y de colores vivos. Su naturaleza atípica hizo difícil la tarea de clasificarles dentro de la misma familia. En un punto, sólo se reconocían siete géneros de podocarpaceae.
Hoy, muy al contrario, se incluyen dentro del grupo plantas alrededor del mundo. Un miembro notable de estas plantas que producen resina es el parasitaxus usta, especie endémica de Nueva Caledonia. Esta pequeña planta es la única de modalidad parasitaria entre las coníferas.
Curiosamente, este singular parásito crece exclusivamente en otras coníferas. Específicamente, se alimenta de la podocarpácea, falcatifolium afrocarpus. Ambas de hojas verdes, espinadas, y semillas contenidas en conos.
La Planta que Produce Resina en la Tierra del Sol Naciente
La traducción “árbol paraguas japones” corre el riesgo de perder gracia. Su nombre nativo, Koyamaki, denominado Sciadopitys verticillata, es el único miembro de su familia, sciadopityaceae. Sólo se da en Japón.
El koyamaki comparte con la araucaria su linaje antiguo, más sus similitudes acaban aquí, siendo que no se conoce familiar actual del árbol japones. Se han documentado estudios de fósiles que podrían pertenecer a esta familia, pero se estima su antigüedad en no menos de 230 millones de años.
Verde por todo el año, estas plantas que producen resina alcanzan entre 15 y 27 metros de altura en su etapa adulta. Su madera es muy curvada y de color café. Sus hojas en realidad no son tal, sino que son extensiones verdes de la rama que cumplen la misma función de una hoja.
Sus conos maduran en 18 meses. Aunque atractivo y decididamente peculiar, el koyamaki crece lentamente y necesita de un suelo apropiado. Una vez establecido es una planta resistente al igual que el resto de las coníferas.
La Séptima familia de Coníferas, Plantas que Producen Resina
Típicamente se puede hallar miembros de la familia Cephalotaxaceae en Asia Oriental. La excepción son dos especies que se encuentran en sureste de los Estados Unidos. Algunos botanistas agrupan a los árboles y arbustos de esta familia junto con las plantas taxaceae.
Las similitudes entre estas plantas que producen resina son evidentes: hojas espiraladas y opuestas, hojas guías en la punta de la rama, y siempre verdes. Sin embargo, la diferencia entre las puntas de las hojas, donde las cehaplotaxaceae son romas, mientras que las taxaceae son espinosas, sirven de criterio.
Las especies de esta familia pueden ser monoicas o de dos sexos. Las ramas o plantas macho producen polen, y las ramas o plantas hembra producen conos con aspecto de ciruela, lo que le ganó su nombre en inglés de “plum yew”, o “tejo de ciruela”.
Plantas que Producen Resina Compleja Mediante Polimerización
Una regla que se puede seguir con facilidad para entender la resina que producen las plantas es que se trata de un polímero. Esto significa que la resina tiene cualidades muy específicas que la diferencian de otros fluidos exudados por la planta.
Por ejemplo, la savia se encarga de transportar nutrientes; muy distinto de la resina que es un mecanismo de defensa contra insectos que roen la corteza, u hongos y bacterias que pudieran atacar al árbol.
En vista de la gran variedad de familias contenidas sólo dentro del grupo de las coníferas, no sorprende que la resina llegue a ser multifacética. Un tipo de resina es llamado látex. Como referencia: todo látex es una resina, pero no necesariamente una resina es látex.
Las plantas que producen resina especializada como el látex cuentan con células dispuestas, bien en línea, o en forma de globos capilares. A las células dispuestas en línea se les denomina lactíferas flexibles; a los globos, lactíferas inflexibles. Pese a esta importante diferenciación, la resina resultante es similar.
Plantas que Producen Resina elástica
Desde la región norte de América del Sur, hasta México, se pueden encontrar árboles Castilla elastica, del cual se extrae la resina producida para volverla hule. También se le conoce como “palo de hule”.
En su forma “cruda”, el palo de hule produce látex por medio de células especializadas. Esta resina tiene un color blanco y una viscosidad peculiar. Dejando esto de lado, el palo de hule no resalta demasiado de otras plantas. Sus hojas son verdes y planas, y su corteza es recta y de color verde grisáceo.
Si embargo, desde tiempos precolombinos, se ha mezclado su látex con la resina producida por las plantas Ipomoea alba. Esta planta es la primera en este artículo en ser del tipo herbáceo, es decir, que no tiene tronco.
La Ipomoea alba es una vaina que se caracteriza por florecer de noche y, convenientemente, por preferir las ramas del palo de hule. Esta flor produce su propia resina que, al mezclarse con el látex de la castilla elastica, produce hule.
Plantas que Producen Resina desafortunada
Otra flor cuyo látex se destina a la producción de sustancias inesperadas es la amapola. O más específicamente, su familiar, la adormidera Papaver somniferum. Una singularmente alta concentración de alcaloides en la resina que exudan sus pétalos dañados puede servir como antiséptico sella heridas.
Este látex, al someterlo a un proceso químico, se vuelve opio, una sustancia usada para aliviar el dolor, pero también como estupefaciente. No conforme, los compuestos derivados del opio, incluso los que se emplean hoy día por compañías farmacéuticas, tienden a crear dependencia en el paciente.
La dormidera es una planta herbácea que produce resina en climas tropicales. Sus semillas son de apenas pocos milímetros de largo y no contienen los alcaloides tan presentes en su resina. Aunque el uso que se la ha dado, y la historia que rodea a la planta, es lamentable, la resina que produce no es menos sorprendente.
Como producto de los procesos metabólicos de la fenilalanina y la tirosina (dos aminoácidos), en el látex de la dormidera se encuentran varios alcaloides. Entre ellos, codeína, tebaína, heroína y una concentración de hasta 15 % de morfina.
Moléculas, Opioides, Ropa y Goma de Mascar. Lo que Producen las Plantas con su Resina
El Manilkara Zapote es una planta angiosperma que produce la resina comúnmente utilizada para la fabricación de chicle. Es nativo de el Mar Caribe, América Central y México, país cuyo dialecto da origen a su nombre.
Lo que originalmente sirvió para proteger a un árbol, a una flor, a un arbusto, fue capaz de mutar en diversas formas. La resina es un compuesto hecho de moléculas grandes, por ende, un polímero cuya función es la misma de planta a planta. Pero cuya composición es tan variada como la planta misma.
Las plantas que producen resina evolucionaron un mecanismo de defensa tan eficiente que prevalece desde la era dorada de las araucarias, eones atrás. Y a pesar de tal barrera de tiempo que las separa y las divide en sus especies y familias, todas comparten la producción de resina. La resina, y la supervivencia.
Referencias
https://www.newworldencyclopedia.org/entry/Conifer
https://es.wikipedia.org/wiki/Pinidae
https://es.wikipedia.org/wiki/Papaver_somniferum
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